El estrés es una respuesta del instinto de supervivencia. Cuando nos sentimos amenazados o somos lastimados inmediatamente el cuerpo se "acoraza", se pone la armadura contrayéndose, o sea, generando contracturas.
Pensemos en esos momentos dónde estábamos enojados, tristes, o con miedo, siempre estábamos con la "armadura muscular" puesta.
A la inversa, en los momentos de bienestar, placer y felicidad estamos en estado de "expansión" con el cuerpo relajado.
El estrés se caracteriza por un patrón respiratorio determinado: respiración rápida, superficial y entrecortada.
Si pensamos en alguien angustiado o enojado hablando podremos recordar como se le entrecortan las palabras. Esto es así porque para nuestros ancestros las amenazas eran bien concretas (un enemigo o un depredador) y ponían en juego su vida, entonces cuando peleaban o huían necesitaban una respiración con esas características para adaptarse al segundo a segundo de la lucha o la huida.
Si pensamos en alguien angustiado o enojado hablando podremos recordar como se le entrecortan las palabras. Esto es así porque para nuestros ancestros las amenazas eran bien concretas (un enemigo o un depredador) y ponían en juego su vida, entonces cuando peleaban o huían necesitaban una respiración con esas características para adaptarse al segundo a segundo de la lucha o la huida.
A la inversa, en los estados internos positivos siempre respiramos lento, continuo y profundo.
En la vida diaria nuestra respiración es un fiel indicador de para dónde estamos llevando a nuestro sistema nervioso. Si va para el lado de "rápida, superficial, entrecortada" nos estamos estresando sin lugar a dudas y si no hacemos algo terminaremos con alguna descompesación o un ataque de pánico.
Dominar nuestra respiración es una de las llaves fundamentales para tomar el volante de nuestro sistema nervioso. Para vivir relajados es imprescindible aprender a respirar "lento, continuo y profundo" todo el tiempo posible en toda circunstancia posible para crear el hábito. En especial si ya hemos creado el hábito contrario y entonces le hemos enseñado a nuestro cuerpo a que se estrese casi en todo momento-
El primer ejercicio del cursito es:
Respira Lento, Continuo y Profundo en todo momento posible.