El Ego es un escalón natural dentro del desarrollo de cada persona, como alguna vez lo fueron los dientes de leche. De igual forma, en algún momento debemos dejarlo atrás.
Como vimos tiene relación con nuestra historia personal. Por ejemplo, si de pequeños vimos que gritar, patalear y hacer berrinches funcionaba para conseguir cosas de nuestros padres, es probable que ese patrón de conducta se incorpore como un elemento esencial en nuestro cerebro y lo sigamos utilizando como adultos.
Cuando se incorpora funciona en "piloto automático" y quizás terminemos tratando agresivamente aún a personas que queremos, simplemente porque no podemos salir de la ruedita de la rata.
El primer paso siempre es el "Darse Cuenta", y para eso es fundamental la práctica de la Meditación y la disolución de la coraza muscular.